Wall-e y el efecto Bouba/Kiki

Pongo de fondo Plus, de Vegpher con intención de escribir un post sobre forma y sonido al que le llevo dando vueltas en la cabeza bastante tiempo. Y me doy cuenta de que no podía haber hecho una mejor elección. Hasta la portada parece encajar:

Diseño de cubierta del álbum Plus, de Vegpher.

Porque este texto va de las similitudes entre la forma que poseen los objetos y el tipo de onda de audio que parece acompañarlos. Y de como, tal vez, esto puede ayudarnos a tomar decisiones en el proceso de diseño.

De hecho pensaba que ya había tratado alguno de estos puntos anteriormente, pero he descubierto que, probablemente, se han quedado en algún borrador.

Me parece fundamental empezar por el efecto Bouba/Kiki que, según Wikipedia, consiste en un mapeo no arbitrario entre los sonidos de la voz y la forma visual de los objetos.

¿A qué forma le asignarías el sonido bouba y a cuál kiki?

A grandes rasgos este efecto psicológico consiste en que, de forma inconsciente, asignamos sonidos suaves a formas suaves y sonidos más “punzantes” a formas con aristas pronunciadas.

Por otra parte existen 4 tipos básicos de onda sonora: sinusoidal, triángulo, diente de sierra y rectangular. Las curvas del sinusoide se van haciendo cada vez más puntiagudas hasta los ángulos completamente rectos de la onda rectangular.

En términos acústicos, el sonido también se percibe como “suave” y “amable” en la onda sinusoidal y se va volviendo más agresivo y con más contenido armónico a medida que la onda adquiere aristas.

El sintetizador Wavetable de Ableton Live nos permite experimentar fácilmente esta transición entre ondas:

¿Podemos entonces extrapolarlo a la forma de los objetos para así establecer un marco acústico que nos ayude a determinar el diseño sonoro de nuestro producto?

Si estamos diseñando el audio de una interfaz, tal vez esta forma de referenciar las señales acústicas a lo visual nos puede ayudar a establecer patrones más coherentes que el usuario asimile como un todo. Porque si estamos creando una experiencia completa e íntegra, es fundamental que todos los elementos vayan alineados.

Obviamente el diseño acústico es mucho más complejo y hay muchos más factores que tener en cuenta más allá de realizar una correlación entre la forma del producto/componentes de la interfaz y de la onda de audio… pero no son objeto de este post.

No pretendo plantear un diseño sonoro para los coches de los que hablo a continuación. Quiero hacer una reflexión sobre si la apariencia del objeto nos ayuda a determinar, por lo menos en parte, su base acústica.

A modo de ejemplo me parece muy ilustrativo comparar dos coches bien diferenciados: el Tesla Cybertruck y el Porsche Mission E.

En el Cybertruck nos encontramos con unas marcadas diagonales, sus aristas y vértices recordándonos poderosamente a una onda de diente de sierra:

Este coche que nos traslada a futuros postapocalípticos parece sacado de Blade Runner o un Mad Max eléctrico… y no olvidemos los sonidos agresivos de los sintetizadores de Vangelis en la banda sonora de la película original:

Por otro lado tenemos el Porsche Mission E con unas formas mucho más suaves que nos llevan a una onda sinusoidal que comienza a transicionar a una de tipo triángulo:

Este diseño nos lleva a un futuro minimalista, eléctrico, limpio, flat… pero ligeramente agresivo, más que por la forma, por la luz roja de posición trasera que transcurre de lado a lado, recordándonos en cierto modo a Hal de Odisea en el Espacio. Se podría considerar un aviso a los conductores que van detrás de él.

Está más próximo a una película de ciencia ficción de carácter utópico. Salvando las distancias, tiene un aire con el Audi de Yo, Robot, por poner un ejemplo. Formas que nos llevan a sonidos más propios de interfaces actuales, como un notificación de Facebook/Meta:

Otro ejemplo ya existente: Wall-e y Eva.

¿Qué coche conduciría cada uno?

Puede que el efecto Bouba/Kiki también explique una relación inconsciente entre la forma del objeto y su propio sonido.



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