Lenguaje y realidad

Este post trata sobre un tema que me parece apasionante: el relativismo lingüístico.

Me apetecía hacer algo diferente, así que esta vez va en formato audio. Considéralo un experimento para ver si me paso al formato podcast o a un mix entre audio y texto.

Te dejo la transcripción más abajo, por si no quieres aguantarme los 20 minutos que dura…

Lo escuches o lo leas, muchas gracias por dedicarle tu tiempo:

 

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  • Mediados del siglo XIX. Plena época colonialista. El irlandés George Bowen, gobernador de Queensland, Australia, manda establecer un asentamiento en el norte, en Pormpuraaw, en la punta de la Península del cabo York. Al lado, la costa y a pocos kilómetros, la desembocadura del Río Mitchell.

    Todo indicaba que sería un buen lugar para un puerto resguardado. Y que tendría posibilidades de convertirse en un punto de interés clave en el comercio internacional.

    Los hermanos Frank y Alexander Jardine fueron los encargados de aprovisionar de carne al asentamiento. Así que cogieron sus rebaños y emprendieron el camino para establecer allí su zona de pastoreo.

    El viaje no fue tranquilo, ya que los enfrentamientos con los aborígenes de la zona eran constantes. Como es lógico, defendían su territorio.

    Fue al llegar a las orillas del Río Mitchell cuando el conflicto acabó en tragedia.

    Los propios Jardine escribieron un relato basado en el evento:

    “Mientras el ganado se detenía se toparon con varios aborígenes pescando. Estos cruzaron inmediatamente a la otra orilla, pero volvieron nadando en grupo armados con grandes haces de lanzas para salirles al encuentro. Al principio, los nativos se enfrentaron con valentía, pero ya fuera por accidente o por miedo, desesperación o estupidez, se apiñaron en un montón, dentro del agua. Diez carabinas les dispararon descarga tras descarga desde todas las direcciones, matando e hiriéndoles con cada disparo. En total morirían unos treinta.”

    La diplomacia, el diálogo… estuvieron totalmente fuera de la mesa, tal vez por la incapacidad de comunicarse entre ellos.

    Cientos de años más tarde la Península de Cape York es una de las zonas de naturaleza virgen más grandes del norte de Australia. Sabanas cubiertas de eucaliptos… bosques tropicales… un rico y complejo ecosistema protegido por su importancia medioambiental.

    Las praderas también abundan y en ellas se desarrolla el principal motor económico de la zona: el ganado.

    En contraste con la exhuberante naturaleza, la comunidad de aborígenes se ha ido reduciendo con el paso de los años. Actualmente sólo quedan algo más de 600 descendientes de los indígenas que se enfrentaron a los hermanos Jardine. De los cuales, en la actualidad, sólo unos 200 hablan su lenguaje ancestral: el Kuuk Thaayorre.

    En el Kuuk Thaayorre no hay izquierda o derecha, ni arriba o abajo, sólo hay puntos cardinales en relación absoluta. Por lo tanto no existe la pierna derecha, ni el brazo izquierdo… sino que existe el brazo oeste o la pierna sudeste.

    Es a principios del siglo XXI cuando la doctora Lera Boroditsky, especialista en psicología cognitiva, visita la zona interesada por este peculiar idioma. Su intención: incluirlo en uno de sus estudios.

    El experimento consistía en pedir al participante que ordenara cronológicamente una serie de tarjetas que mostraban diferentes progresiones temporales: un hombre con diferentes edades, un cocodrilo creciendo, un plátano siendo comido…

    Los sujetos del estudio eran ingleses, hebreos, chinos y algunos aborígenes australianos cuya lengua nativa era el Kuuk Thaayorre.

    El inglés ordenó las tarjetas en orden cronológico de izquierda a derecha, al igual que el sentido de su escritura.

    El hebreo, lo hizo de derecha a izquierda, al igual que en la suya.

    El chino, de arriba a abajo.

    El australiano, de este a oeste, de forma absoluta. Es decir, cuando se sentaba mirando al norte la secuencia iba de derecha a izquierda, de este a oeste. Cuando miraba al sur, iba de izquierda a derecha, igualmente de este a oeste. Y todo esto, sorprendentemente, de forma espontánea, sin necesidad de una brújula.

    Lera Boroditsky descubría o, más bien, confirmaba, que el lenguaje influye en la percepción de la dirección del tiempo y en la comprensión de la orientación espacial.

    Sus estudios giran en torno a la relatividad lingüística. Es decir, al análisis de como el lenguaje modifica nuestra manera de pensar y de relacionarnos con la realidad.

    Que el lenguaje sea o no una manera válida para conocer la realidad ya era algo que se planteaban los pensadores prearistotélicos. Si bien sus reflexiones iban dirigidas al origen de los nombres propios y a aquello que motivaba su asignación. De hecho, Platón dedica prácticamente la totalidad de su “Crátilo” a justificar la idoneidad de los nombres de los dioses, en ocasiones haciendo auténticos malabares lingüísticos.

    Esta asignación de nombres provenía de una figura mitológica: el onomaturgo.

    Aunque los filósofos posteriores coquetean con el estudio de la conexión entre el lenguaje y el pensamiento, no es hasta Wilhelm von Humboldt que la relatividad lingüística comienza a tomar forma.

    Humboldt, que vivió entre los siglos XVIII y XIX, plantea, entre muchas otras cosas, que la variedad de las percepciones y la frecuencia de exposición a las mismas moldean el lenguaje. Y, cuanto más importante es un concepto en una cultura más complejidad tiene el mismo.

    En los términos sinónimos en muchas lenguas, se dan representaciones diversas de un mismo objeto. Esta propiedad de la palabra remite especialmente al hecho de que cada lengua incorpora una perspectiva específica del mundo.

    Ya en el siglo XX, Edward Sapir recupera la idea de Humboldt de que los lenguajes tienen la clave para entender la forma en la que cada uno percibe el mundo.

    Sapir, junto con su alumno Benjamin Lee Whorf, representan la llamada línea blanda del relativismo lingüístico (o hipótesis Sapir-Whorf), según ella el lenguaje influye en el pensamiento y en las decisiones.

    El propio Sapir lo explica muy bien con pocas palabras:

    “No hay dos lenguas lo suficientemente parecidas como para considerar que representan la misma realidad social. Los mundos en los que viven las distintas sociedades son mundos distintos, no simplemente el mismo mundo con etiquetas diferentes. “

    Por otro lado tenemos la versión fuerte o determinismo lingüístico, según la que el lenguaje determina y limita las diferentes categorías cognitivas.

    Si bien la versión fuerte no ha tenido mucho respaldo por la comunidad científica, la versión blanda sí ha tenido aceptación y ha sido validada mediante diferentes estudios. Siendo Lera Boroditsky una de sus representantes más destacadas.

    “Lots of languages have grammatical gender; every noun gets assigned a gender, often masculine or feminine. And these genders differ across languages. So, for example, the sun is feminine in German but masculine in Spanish, and the moon, the reverse. Could this actually have any consequence for how people think? Do German speakers think of the sun as somehow more female-like, and the moon somehow more male-like? Actually, it turns out that's the case. So if you ask German and Spanish speakers to, say, describe a bridge, like the one here -- "bridge" happens to be grammatically feminine in German, grammatically masculine in Spanish -- German speakers are more likely to say bridges are "beautiful," "elegant" and stereotypically feminine words. Whereas Spanish speakers will be more likely to say they're "strong" or "long," these masculine words.”

    Bajo esta premisa que plantea la Dra. Boroditsky, el género de la palabra influye en como percibimos un objeto. Teniendo en cuenta el constructo mental que establece el que un puente sea masculino o femenino, ¿como diseñará un puente un ingeniero alemán? Y uno español?

    El lenguaje construye nuestra realidad.

    Y nuestra forma de expresarnos puede verse modificada de manera consciente para así moldear nuestra manera de pensar.

    Existen ejemplos de ello a lo largo de la historia.

    Y no siempre para bien.

    Voltaire, Rousseau, compartían la idea de que distintas naciones tienen distintas personalidades. En Montesquieu ya se encuentran referencias a “el espíritu de una nación”, resultante de diversos factores: clima, religión… lenguaje…

    Esta mentalidad siembra la semilla de lo que los prerromanticistas alemanes llamarían Volkgeist o espíritu del pueblo, el espíritu de una nación. Con unos rasgos bien diferenciados: culturales, raciales, etc.

    El Volkgeist reivindicaba la recuperación de un pasado épico, y de los elementos que definen a una cultura, lenguaje incluido.

    Y ya sabemos como termina esto.

    También tenemos maravillosas referencias literarias a como los gobiernos manipulan el lenguaje para modificar el pensamiento de los ciudadanos.

    En Anthem de Ayn Rand, por ejemplo, el gobierno elimina los nombres y los pronombres individuales para asegurarse la subyugación del individuo al colectivo.

    En 1984 de George Orwell, la neolengua es revisada y simplificada de forma constante, para así reducir la capacidad de expresión de la población y, por tanto, su capacidad de pensamiento.

    “¿No ves que el objetivo de la neolengua es reducir el rango del pensamiento? Al final haremos literalmente imposible el crimental, porque no habrá palabras en los que expresarlo.”

    La asimilación de un lenguaje propio para entender la realidad de una manera específica también ocurre en comunidades más pequeñas: skaters, raperos, surfistas, músicos, frikis… y también en el entorno empresarial.

    En 1929 Sapir afirmaba:

    “Los seres humanos no viven sólo en un mundo objetivo, ni sólo en el mundo de la actividad social como ordinariamente se entiende, sino que en gran medida se encuentran a merced de la lengua particular que se ha convertido en el medio de expresión para su sociedad.”

    La cultura corporativa genera un lenguaje propio que los empleados asimilan. Éste, a su vez, es modelado por el uso que ellos le dan, lo que influye en la cultura de la compañía.

    En este proceso cíclico el lenguaje recibe influencias de las nuevas incorporaciones a la plantilla, que ve como su forma de expresarse y la cultura corporativa se renuevan con la introducción de realidades que le eran ajenas.

    Esto impacta en los procesos de la organización y en como los que pertenecen a ella resuelven a sus tareas.

    Los lenguajes de programación probablemente tengan también un fuerte impacto en el pensamiento. Quien trate habitualmente con equipos de desarrollo habrá notado que las frases cortas y muy específicas son más eficientes para comunicarse con ellos. Tal vez escribir para que una máquina nos entienda ejerza sobre nosotros una influencia mayor de lo que pensamos.

    Por otra parte, el utilizar expresiones como “metodologías ágiles”, “darle una vuelta”, “makers” nos introducen en un marco de pensamiento muy definido que dará forma a la manera en la que nos enfrentamos a distintas situaciones.

    Usuario es otra de esas palabras que, tal vez, defina la forma en la que diseñamos, sin ser conscientes de ello.

    Las dos primeras acepciones de la RAE dicen:

    1.  Que usa algo. 

    2. Dicho de una persona: Que tiene derecho a usar una cosa ajena con cierta limitación. 

    Puede que simplemente cambiando la palabra “usuario” por “persona” consigamos producir diseños más humanos.

    George Orwell, en Politics and the English language, escribe sobre el impacto mental que tiene el dejarse llevar de manera inconsciente por el uso de frases hechas:

    “Puedes eludirlo simplemente abriendo tu mente y dejando que las expresiones hechas se amontonen. Éstas construirán las frases por ti. Incluso pensarán por ti hasta cierto punto. Y cuando lo necesites realizarán el importante servicio de ocultar parcialmente el significado que querías darles, incluso a ti mismo.”

    Podríamos oponernos a estas formas reduccionistas del lenguaje y, por tanto, de la realidad, ampliando nuestro vocabulario y haciendo un uso más específico y consciente de nuestra forma de expresarnos. Alterando así nuestra propia realidad. Y la de las personas que nos rodean.

    Del mismo modo, aprender nuevos lenguajes nos hará entrar en un proceso de aculturación. Lo que consiste en incorporar elementos culturales de otro grupo. Diferentes realidades, nuevos mundos.

    ¿Cuántos universos nos estamos perdiendo con los lenguajes que se extinguen?

    Probablemente el de los Tayorre será uno de ellos.

    Como dijo Carlo Magno:

    Hablar un segundo idioma es tener una segunda alma.

Referencias:

https://en.wikipedia.org/wiki/Pormpuraaw,_Queensland

https://en.wikipedia.org/wiki/Aboriginal_Shire_of_Pormpuraaw

https://en.wikipedia.org/wiki/George_Bowen

https://en.wikipedia.org/wiki/Francis_Lascelles_Jardine

https://en.wikipedia.org/wiki/Linguistic_relativity

https://es.wikipedia.org/wiki/Alexander_von_Humboldt

https://en.wikipedia.org/wiki/Benjamin_Lee_Whorf

https://en.wikipedia.org/wiki/Edward_Sapir

https://es.wikipedia.org/wiki/Esp%C3%ADritu_del_pueblo

https://en.wikipedia.org/wiki/Lera_Boroditsky

Lera Boroditsky: Lost in Translation: http://lera.ucsd.edu/papers/wsj.pdf

Lera Boroditsky: How does our language shape the way we think: https://www.edge.org/conversation/

https://en.wikipedia.org/wiki/Cognitive_psychologylera_boroditsky-how-does-our-language-shape-the-way-we-think

https://web.archive.org/web/20130510152648/http://www-psych.stanford.edu/~lera/papers/mandarin.pdf

https://psychologywriting.com/language-role-in-cognitive-psychology/

https://en.wikipedia.org/wiki/Endangered_language

https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_del_lenguaje

Eduardo de Bustos Cañado: Filosofía del lenguaje

George Orwell - Politics and the English Language: https://en.wikipedia.org/wiki/Politics_and_the_English_Language

Ayn Rand - Anthem: https://en.wikipedia.org/wiki/Anthem_(novella)

https://theconversation.com/las-ventajas-de-aprender-idiomas-siendo-adultos-195528

Canal de Interacción del Instituto Tramontana

Programa de diseño verbal del Instituto Tramontana

Samples:

https://www.ted.com/talks/lera_boroditsky_how_language_shapes_the_way_we_think

Flight of the concords - Robots

Splice.com

Logic Pro X

Voces adicionales:

Voicemaker


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